Charles Hoskinson proyecta que Bitcoin podría alcanzar los 250.000 dólares en 2026 impulsado por la demanda institucional - Crypto Economy ESP

Puntos claves de la noticia:

• El fundador de Cardano predice que Bitcoin podría alcanzar $250,000 para 2026, impulsado por escasez y demanda institucional.
• Cita mayor acceso vía ETFs y gestores patrimoniales, junto a la incipiente integración de Bitcoin con DeFi.
• Los riesgos incluyen alta correlación con acciones tecnológicas e incertidumbre regulatoria.

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El fundador de Cardano, Charles Hoskinson, considera que Bitcoin podría llegar a 250.000 dólares en 2026, sustentado en fundamentos económicos más que en la especulación. Su argumento parte de una premisa simple: la oferta es limitada y la demanda sigue creciendo.

Con un máximo de 21 millones de monedas y una incorporación constante de grandes inversores, el esquema de oferta y demanda, según Hoskinson, apunta naturalmente al alza.

El empresario señaló que la adopción institucional y gubernamental continúa expandiéndose, mientras el sistema financiero tradicional simplifica el acceso para los inversores minoristas. Morgan Stanley, por ejemplo, permite ahora que sus asesores de patrimonio privado recomienden Bitcoin a sus clientes.

Hoskinson destacó que incluso pequeñas asignaciones de capital por parte de fondos y gestores patrimoniales pueden tener un impacto considerable en el precio, dado el suministro limitado de la criptomoneda.

La demanda institucional sostiene la presión compradora

Hoskinson explicó que los mismos factores macroeconómicos que llevaron a Bitcoin a precios de seis cifras siguen presentes. Los inversores institucionales, a diferencia de los especuladores de corto plazo, mantienen una estrategia de acumulación constante, generando presión compradora sostenida.

El desarrollo de productos financieros vinculados a Bitcoin, como fondos cotizados (ETF) y soluciones de custodia, ha ampliado el acceso y fortalecido la liquidez del mercado.

También resaltó una nueva etapa en la evolución de Bitcoin: su incorporación gradual a la finanza descentralizada (DeFi). Están surgiendo sistemas que permiten a los usuarios obtener rendimiento sin ceder la custodia de sus activos. Si estas herramientas prosperan, una gran parte del valor almacenado en Bitcoin podría moverse hacia los mercados cripto más amplios, impulsando la liquidez y diversificando el uso del activo.

Hoskinson subrayó que la intersección entre las finanzas tradicionales y la infraestructura DeFi puede marcar la siguiente fase de crecimiento. “Los compradores institucionales actúan con paciencia y escala”, indicó. “No buscan momentum, sino reposicionar portafolios globales con visión a largo plazo”.

Altcoins y riesgos macroeconómicos

Aunque Hoskinson reconoció que parte del capital podría fluir de Bitcoin hacia las altcoins, advirtió que el patrón no será igual al de 2021. En aquel ciclo, el máximo histórico de Bitcoin en 68.000 dólares coincidió con los picos de Ethereum y el ADA de Cardano a 3 dólares. Hoy, el panorama global es menos claro.

Señaló que la regulación en Estados Unidos continúa siendo incierta y que existe preocupación por una posible sobrevaloración en el sector tecnológico, en especial en compañías como Nvidia, cuyo valor de mercado alcanzó niveles récord en 2025.

Hoskinson alertó que, si el mercado tecnológico corrige, los activos digitales podrían verse afectados, ya que mantienen una alta correlación con las acciones del sector tecnológico. Sin embargo, reafirmó que Bitcoin posee fundamentos distintos, sustentados en su escasez, estructura monetaria y creciente participación institucional.

“Bitcoin ya no depende del entusiasmo, sino de su estructura, su escasez y su necesidad macroeconómica”, afirmó.

Para Hoskinson, 2026 podría representar una etapa de madurez más que una fase especulativa. Si los flujos institucionales continúan y las herramientas financieras en cadena avanzan, el valor de Bitcoin podría reflejar una transición hacia una valoración basada en utilidad, consolidándolo como un activo central entre las finanzas digitales y tradicionales.