XRP, solana y cardano: las altcoins silenciadas en la Reserva Estratégica de EE. UU.
Incluso a nivel del Congreso no se habla de altcoins, sino de una reserva de bitcoin. Trump reafirmó recientemente que esas criptomonedas serán parte de un tesoro...

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Incluso a nivel del Congreso no se habla de altcoins, sino de una reserva de bitcoin.
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Trump reafirmó recientemente que esas criptomonedas serán parte de un tesoro nacional.
El 2 de marzo de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió al ecosistema de las criptomonedas al confirmar que la Reserva Estratégica de Activos Digitales del país no solo incluiría bitcoin (BTC) y ether (ETH), sino también XRP, solana (SOL) y cardano (ADA).
Sin embargo, a pesar de este anuncio histórico, la conversación pública y mediática ha girado casi exclusivamente en torno a BTC, relegando a estas altcoins a un segundo plano. Incluso en el Congreso de EE. UU., donde se debate el impacto económico de esta iniciativa, las altcoins apenas se mencionan, y el foco permanece en el tesoro de BTC.
¿Qué pasó con XRP, Solana y Cardano? ¿Por qué su inclusión parece haber sido silenciada?
Todo comenzó con la promesa de Trump durante la conferencia Bitcoin 2024 en Nashville, donde planteó la idea de una reserva estratégica basada en BTC como un pilar para posicionar a EE. UU. como la “capital cripto del mundo”, tal como reportó CriptoNoticias.
Esta visión tomó forma concreta el 23 de enero de 2025, cuando firmó una orden ejecutiva para crear una reserva nacional de activos digitales, según informó este medio.
En ese momento, el énfasis estaba en bitcoin, con planes para acumular hasta 200.000 BTC. La narrativa era clara: bitcoin sería el núcleo de esta estrategia, un “oro digital” para el siglo XXI.
Sin embargo, el 2 de marzo, Trump amplió el alcance de esta reserva al incluir XRP, SOL y ADA, además de ETH, en un anuncio que generó revuelo momentáneo. Los mercados reaccionaron: ADA subió un 64%, XRP un 32% y SOL un 23% en cuestión de horas.
Pero la euforia duró poco. Mientras BTC continuó dominando titulares y debates, las altcoins rápidamente perdieron protagonismo. En el Congreso, las discusiones se centraron en los beneficios de un tesoro de BTC, lo que llevó incluso a la reintroducción de un proyecto de ley para que EE. UU. adquiera 1 millón de bitcoin.
Las altcoins, en cambio, apenas fueron mencionadas, como si su inclusión fuera un detalle secundario.
¿Por qué estas altcoins?
La pregunta inevitable es: ¿por qué XRP, SOL y ADA? Cada una de estas criptomonedas tiene características únicas que podrían justificar su lugar en una reserva estratégica, más allá del simbolismo de BTC como reserva de valor.
XRP, creada por Ripple, es conocida por su eficiencia en pagos transfronterizos, un área donde podría complementar los objetivos de independencia financiera de EE. UU. Su diseño para facilitar transacciones rápidas y baratas lo hace atractivo para aplicaciones gubernamentales o interbancarias.
SOL, por su parte, destaca por su alta velocidad y bajos costos, ideales para aplicaciones de finanzas descentralizadas (DeFi) y pagos digitales a gran escala. Su inclusión podría estar vinculada a figuras como David Sacks, el “zar cripto” de Trump y un inversionista de Solana Labs.
ADA, con su enfoque académico y el protocolo Ouroboros, ofrece seguridad y escalabilidad, lo que lo hace idóneo para contratos inteligentes en contextos institucionales. Charles Hoskinson, su fundador, tiene conexiones con círculos cercanos a la administración, lo que podría haber influido en su selección.
Estas altcoins, lejos de ser elecciones arbitrarias, parecen responder a una visión más amplia que aún no ha sido plenamente articulada.
Ahora bien, a pesar de su potencial, el eco de XRP, SOL y ADA se desvaneció rápidamente. La comunidad latinoamericana mostró opiniones divididas: mientras algunos celebraron la diversificación de la reserva, otros cuestionaron la viabilidad de incluir altcoins en un tesoro nacional.
En EE. UU., las críticas también surgieron. Expertos como Samson Mow han expresado escepticismo sobre la falta de criterios claros para esta selección, argumentando que podría percibirse como un movimiento político más que económico.
El enfoque en BTC no es sorprendente: su estatus como el primer y más valioso criptoactivo lo convierte en el candidato natural para liderar la narrativa. Sin embargo, este predominio ha opacado el propósito de las altcoins en la reserva.
Como quiera que sea, la inclusión de XRP, SOL y ADA podría tener efectos profundos en el mercado de las criptomonedas. Si EE. UU. finalmente las posiciona como activos estratégicos, su adopción global podría dispararse, especialmente en sectores como pagos internacionales (XRP), infraestructura digital (Solana) y aplicaciones gubernamentales (Cardano). Esto también podría reconfigurar la competencia con proyectos rivales como Stellar, Ethereum o Polkadot, consolidando a estas altcoins como “made in USA”.
Además, esta reserva podría atraer inversionistas y desarrolladores al país, cumpliendo la promesa de Trump de un liderazgo en el ecosistema de las criptomonedas. Sin embargo, persisten preguntas abiertas: ¿cómo se adquirirán estos activos? ¿Quién los custodiará? El Grupo de Trabajo sobre Activos Digitales, creado por la orden ejecutiva de enero, tiene la tarea de responderlas, pero hasta ahora la transparencia ha sido limitada.
Un futuro incierto pero prometedor
Lo que es seguro es que bitcoin seguirá siendo el rey mediático, acaparando toda la atención cuando haya alguna mención a una reserva de activos digitales. No obstante, XRP, SOL y ADA no deberían subestimarse. Su inclusión en la Reserva Estratégica de EE. UU. sugiere que la administración Trump ve un valor único en estas altcoins, ya sea como herramientas económicas o como símbolos de innovación.
En todo caso, mientras el Congreso y los medios sigan enfocados en BTC, estas criptomonedas permanecerán silenciadas, esperando su momento para brillar.
De momento, la tarea es clara: mirar más allá del dominio de bitcoin y preguntarse si estas altcoins podrían ser las verdaderas protagonistas de un cambio tectónico en la economía digital.
¿Es esta reserva un paso hacia un “mundo post-dólar” o un experimento audaz de Trump? El tiempo lo dirá, pero el silencio actual no significa irrelevancia; podría ser la calma antes de la tormenta.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias. La opinión del autor es a título informativo y en ninguna circunstancia constituye una recomendación de inversión ni asesoría financiera.
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