Blockchain y Cardano: una mirada desde Venezuela (Parte 1)

Venezuela atraviesa una serie de dificultades que afectan todos los ámbitos de la vida nacional, comenzando por la economía. En esta serie de artículos presentaremos propuestas que, pensamos, pueden ayudar a sortear dichas dificultades y podrían lograr que las superemos definitivamente.

La moneda oficial -el Bolívar- pierde valor a un ritmo tan acelerado que lo hace casi inútil para cualquier transacción que vayamos a realizar pasadas 24 horas de tenerlos disponibles.

Ante esta situación, una parte de los venezolanos ha recurrido a la alternativa fiduciaria mas accesible: el dólar estadounidense. Sin duda es más estable que el Bolívar, pero introduce una nueva dificultad: la falta de acceso a métodos de pago en moneda extranjera debido a las sanciones económicas impuestas al país por Estados Unidos y la Unión Europea.

La única forma de usar el dólar sin restricción es el efectivo, lo cual a su vez introduce nuevas dificultades. El efectivo es más propenso al robo que los medios digitales. Además, el poco suministro de billetes de baja denominación limita la posibilidad de los comercios de dar cambio, problema que es trasladado a los consumidores que son obligados a gastar cantidades redondas, entre otros obstáculos más complejos de analizar como el ingreso, el costo de la vida, etcétera.

La reciente posibilidad de abrir cuentas en divisas en bancos venezolanos, y la iniciativa de vincular los salarios de la administración pública al Petro — la criptomoneda del estado venezolano, ofrecen opciones a los venezolanos que podrían mejorar sus condiciones de vida y acceso a herramientas financieras.

Las criptomonedas son una herramienta para sortear algunas de estas dificultades, por ejemplo:

- Permiten transferir dinero de persona a persona, y de personas a comercios.
- Están fuera del alcance de sanciones y restricciones gubernamentales.
- A pesar de la alta volatilidad del mercado, puede resultar mucho mejor tener criptomonedas que dólares estadounidenses, y muchísimo mejor que Bolívares.

Sin embargo, los proyectos que lideran el mercado — Bitcoin y Ethereum — presentan dos desventajas al momento de escribir esto: congestión de red y altas tarifas de comisión por transacción. Estás desventajas han sido solucionadas por muchas otras redes, bien sea por una arquitectura más escalable o por tener bajo volumen de transacciones.

La escalabilidad se refiere de modo amplio a la capacidad de un sistema para crecer y así acomodar una demanda creciente. En computación, puedes impulsar el rendimiento de tu máquina actualizando el hardware para que sea capaz de ejecutar ciertas tareas de modo más rápido. Cuando hablamos de escalabilidad en blockchains, nos referimos a incrementar su capacidad de gestionar transacciones. (Fuente: Binance Acamedy).

Cardano es una blockchain de tercera generación, que ha sido desarrollada bajo estándares científicos. Es altamente escalable, con comisiones por transacción relativamente bajas, sin un mínimo de inversión para hacer staking y con la misión de ayudar a países enteros a mejorar su tecnología.

Puedes imaginarte el staking como una alternativa a la minería que requiere una cantidad menor de recursos. Consiste en mantener fondos en un monedero de criptomonedas, para respaldar la seguridad y las operaciones de una red blockchain, ganando recompensas por ello. (Fuente: Binance Academy)

Con ayuda de campañas educativas, investigación y una justa legislación, Cardano y otras criptomonedas pueden ser plataformas dinamizadoras del comercio, beneficiando a consumidores y comercios por igual. Además, las posibilidades que ofrece la tecnología blockchain son muy valiosas desde el punto de vista educativo y de estado/gobierno.

En los próximos artículos de esta serie profundizaremos en nuestra propuesta de prestarle atención a la experiencia de Cardano desde nuestra realidad para mejorar muchos ámbitos de la vida de nuestro país.